Es
viernes, un viernes diferente en Universidad La Concordia, las últimas entregas
de trabajos finales están por concluir, los mismos docentes están deseosos por
finalizar el cuatrimestre y la desesperación se apodera de aquellos que dejan todo
para el final, como por ejemplo la papelería no se da abasto en el servicio impresiones
y copias o el área de fumadores no da tregua alguna a la ansiedad.
Es
la culminación de una semana a la que muchos quieren poner días extra y a esos
mismos días ponerles horas que les permitan acabar esos trabajos que al ser
finales tienen una exigencia mayor y por lo tanto el alumno no debe permitirse
error alguno, ni olvidar el más mínimo detalle.
Poco
a poco pasillos y aulas van desocupándose para tener un ambiente lleno de
suspiros traducidos en un “al fin”, “lo logramos”, “ya ni modo” o incluso de
los que mencionan la palabra extraordinario como recurso a una fallida entrega
final.
Es
esta recta final la que pone nervios de punta, quita el sueño y te mantiene en
estado de alerta, pero es esa la parte que te marca como estudiante
universitario creando sentido responsabilidad y que hace que te des cuenta de
lo que eres capaz de hacer por salir victorioso.
Es
así como termina un cuatrimestre o
“cutrimonstruo” como así lo llaman algunos, las luces se apagan y solo el eco
de la universidad tiene presencia.
INFORMACIÓN Y FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO MEDINA SUSARREY
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